8 de Octubre 2007

The man who was October

Hace algún tiempo me propuse practicar algo que creo que nunca se me ha dado muy bien: los retratos.
Por lo general soy demasiado vago como para estar con un dibujo más de diez minutos seguidos, pero cuando se trata de un retrato aún más. De pequeño lo odiaba, prefería dibujar cualquier otra cosa a dibujar en estilos más realistas. Nunca me ha gustado copiar del natural, la verdad, ni siquiera de fotos, de ningún sitio. Hacer retratos, bodegones y paisajes realistas me acaba aburriendo sobremanera, aunque soy consciente de lo mucho que se aprende haciéndolos. Quizá por eso mismo los retratos me siguen aburriendo aún hoy, porque soy bastante malo y tardo demasiado tiempo, no tengo la destreza necesaria.

Hacer un retrato tradicional es un trabajo muy analítico que requiere mucha atención. Hay que subir y bajar la mirada constantemente para captar cada mínino detalle visual. Hay que saber representar la luz con precisión, y es necesario fijarse y tener mucho cuidado con las proporciones... En fin, todo ese tipo de cosas técnicas... Demasiadas para mí.
Cuando observas trabajar a algún retratista (o a cualquier dibujante de caricaturas) puedes apreciar este tipo de cosas. Es gente capaz de dibujarte en un momento porque son unos cracks de la técnica y les bastan apenas veinte minutos para calcarte sobre el papel.
La gente me dice a veces: ''Tú también podrías hacerlo'', y ni de coña. Tardaría decenios en terminar un retrato de este tipo, es más, creo definitivamente que los clientes se cansarían de mí y acabarían yéndose con otro dibujante más profesional que no tardara dos o tres horas en dibujarles. Me aburriría tanto dibujar a un tipo que no conozco de nada, que acabaría por añadir estupideces en el retrato para pasármelo mejor... Probablemente acabaría convirtiéndome en el hazmerreír de los retratistas...
Creo que lo mío se basa más bien en lo contrario, en no mirar a la persona para dibujarla, simplemente recordarla e imaginarla, así es como intento hacer las cosas. Se trata de cómo veo yo a una determinada persona, con aquello que me aporta a nivel más emocional, incluyendo su personalidad y su carácter. Acaba siendo una especie de retrato que pasa por un filtro mucho más personal, es mucho menos metódico y menos analítico en lo superficial... Es como dibujar a alguien desde dentro. El resultado acaba siendo totalmente distinto. Tal vez para la gente no tenga nada que ver el dibujo con la persona en cuestión, pero de esta manera disfruto mucho más el proceso.

Estas extrañas ganas por enfrentarme a los retratos de nuevo vienen por una frase de Anatole France que leí hace poco: Un buen retrato es una biografía pintada. Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo atractivo que puede ser hacer algo así. Me pareció un reto ultra difícil (quizá imposible), pero al cual decidí enfrentarme desde que lo leí.

Mi primer intento pudo haber sido el dibujo MOS. Hacer el boceto de esta ilustración me costó muchísimo precisamente por esa cita (que me estuvo danzando por la cabeza horas con el folio en blanco delante). Dibujé sin darme cuenta todo cuanto sentía, un montón de cosas personales, secretos y demás misterios enigmáticos impenetrables de la vida. Añadí también la idea de la antigua diosa lunar Selene, ya que de manera totalmente subconsciente, he estado identificando todo este último episodio en mi vida con la Luna y lo infinitamente inalcanzable que es para mí. Mientras añadía más y más detalles, llegó un momento en el que nada de lo que había hecho me parecía que aportara algo a la idea propuesta por Anatole France, así que mandé un poco a la mierda su maldita frase y decidí plasmar directamente mi propia imagen personal, mi distorsianada percepción de la realidad.
La expresión bondadosa, ese brillo especial en los ojos, algo así como la mirada que necesito sobre todas las cosas en el mundo. Algo a lo que poder mirar y me hiciera sentir bien... Es lo que más me gusta del dibujo y lo que más trabajo me llevó...
Ahí es donde me dí cuenta de que dibujar con esmero la mirada de las personas es quizá la clave para poder pintar sus almas... si es que esto es posible.

The man who was october.jpg
The man who was October (Caricatura). Octubre 2007.

En este segundo intento me lo he tomado más tranquilamente. Es algo más caricaturesco y desenfadado, pero sin olvidar incluir cosas que realmente no son tan graciosas, de hecho son bastante tristes. Pero bueno, me parece importante -y bastante saludable- reírse de uno mismo de vez en cuando.

***

Me llaman Octubre, no pretendas saber más de mí.
Mejor no preguntes, soy luna nueva... fácil de partir.

Obstinado en mantenerte como un viento a mi lado,
yo te convertí en Noviembre, así es mi calendario.

A veces pienso que es un don olvidar.

Me llaman Octubre desde que sólo hablo de tí
y ya no hay más solución que esconderme.

Escrito por Xabier a las 8 de Octubre 2007 a las 08:00 PM
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